Nadie como él supo rodar fiestas y celebraciones donde
podía desarrollar como nadie las situaciones encadenadas
más disparatadas. Blake Edwards moría hace una semana,
dejándonos como legado para siempre en nuestras retinas
a la más bella Audrey Hepburn cantando con un ukelele en
una ventana, uno de los mejores cócteles de cine negro y
humor en las manos del inspector Clouseau, la historia de
amor bañada en alcohol en una de las actuaciones más
memorables del genial Jack Lemon, o la hilaridad de
situaciones contenidas en “La carrera del siglo”,
“Diagnóstico: asesinato” o, por supuesto, y sobretodo muy
aconsejable ver en estas fechas: “El Guateque”. Un extra de
cine de origen hindú acude a una fiesta que organiza el
productor de la película de la que acaba de ser despedido;
desde el momento que cruza la entrada de la mansión todas
y cada una de los situaciones con los que se cruce el
protagonista son a cada cual más inesperadas.
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